Gestión de crisis:
el reto que nos deja el COVID-19
"La única postura sensata consiste en adaptarse
al estado de las cosas. Así que de eso se trata.
Es «el estado de las cosas»."
"Charlotte"; David Foenkinos
La crisis sanitaria ha traído retos sin precedentes al sector empresarial. Los dueños de negocio, hoteleros, restauranteros y prestadores de servicios saben que necesitan actuar y los líderes están conscientes de que estas acciones no consisten en evitar el riesgo, sino en gestionarlo.
Hace algunos meses, a medida que el coronavirus traspasó las fronteras de China, algunas empresas respondieron rápidamente a las noticias de incluso uno o dos casos entre empleados, proveedores o clientes; otros adoptaron un enfoque de “wait and see”.
Es probable que la diferencia se deba, al menos en parte, a los diferentes enfoques de la gestión de riesgo empresarial —al papel que juegan los métodos, procesos, umbrales de respuesta y las acciones para proteger los objetivos, ganancias y capital en el manejo de la empresa—.
Para una parte del sector privado, la gestión del riesgo se había convertido en una actividad rutinaria y abstracta. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve su extrema vulnerabilidad a fenómenos globales. Recordó que todos somos parte de un sistema donde nadie está exento de las consecuencias.
Para enfrentar la crisis actual se necesita valorar las herramientas de planeación y análisis de riesgo; y plantearlas como un elemento indispensable de la sostenibilidad empresarial a largo plazo.
Una gestión integral implica una administración de los riesgos en todos los niveles de la organización, con el fin de facilitar la toma de decisiones y una dirección estratégica, teniendo en cuenta la interacción de la empresa con su entorno; la relación con los grupos de interés; la interrelación entre los procesos, así como la implementación de mecanismos que garanticen la continuidad del negocio y la protección de los recursos e intereses.